Contado y experimentado por, salvador
Domínguez Montero
-Hay vida después de la muerte?.-He de decir, sin ninguna clase de dudas que SÍ, lo he comprobado
personalmente dos, tres y hasta cuatro veces.
-El hablar de las experiencias vividas en primera persona de
la existencia de la vida después de la muerte, es muy complicado, es muy
difícil y atrevido, hay que ser extrovertido y, además, que te importe muy
poco o nada, lo que los demás puedan pensar de lo que dices.-
-Mi primera experiencia la creí
como algo imaginativo, no podía creer que alguien me hubiese sostenido de una
caída segura cuando iba subiendo unas escaleras al aire libre; perdí el
equilibrio y mi cuerpo tendía irremediablemente a caer hacía atrás con el
consecuente peligro de haberme podido matar, pero noté la mano de alguien que
me sostenía por la espalda de la caída fatal, ya estabilizado me di la vuelta
para agradecérselo y, mi sorpresa fue mayúscula, allí no había nadie.-
-Mi segunda experiencia fue mucho
más seria y profunda, yo no soy especialista, en psicología, neurología ni
ciencias ocultas, pero los que lo son, deberían hacer estudios profundos sobre
éste tema que, no se trata de, solamente el mío, hay miles ó cientos de miles, y
que nos dieran una respuestas a los que tenemos la incógnita
de lo que nos ha sucedido.
-En el 1972 bajábamos desde
Teruel, un amigo y yo, hacía Valencia con un coche 1430 Seat, las 12h de la
noche; en las curvas del Ragudo, (era un
puerto que había en la antigua carretera Nacional entre, Teruel y Valencia), el
conductor se durmió y caímos por un puente de 10 m. de altura, dando la vuelta
en el aire, el coche quedó invertido, el techo en la tierra y las ruedas hacía
arriba, yo, iba de paquete y no llevaba puesto el cinturón de seguridad, por
ello estoy escribiendo esto hoy, porque salté automáticamente de delante a la
parte de atrás y quedé trasversal entre los asientos, mi compañero y conductor,
quedó debajo de la guantera; mi herida fue en la cabeza, concretamente en la
frente, en la que me dieron -32-puntos en el hospital universitario de Valencia
donde nos condujo una Ambulancia, después de haber pasado por Segorbe, un
amigo, hoy fallecido, D.E.P. sólo se hizo una raspadura en la cara, esto ya de
por sí parece milagroso pero, tengo que
poner el acento en otro hecho que hay ingente de personas que dicen haber
visto, y, es el famoso túnel, alargado, lleno de luces de distintos colores,
donde no ves el final y donde te sientes flotando y donde sientes una felicidad
indescriptible…Vi cómo salía de mi cuerpo y entraba en ese túnel desde donde
veía mi cuerpo en la cama; no puedo decir cómo regresé, creo que fue cuando el
médico vino por la mañana y me tocó para preguntarme cómo estaba, tenía la
cabeza como un globo, pero el Dr. Me dijo: No padezcas, que si ya no te has
muerto ya no te mueres, fue la respuesta a mis quejas de dolor.-
-Mi tercera experiencia fue en el
2006, hospital de la Ribera de Alcira-Valencia, estaba recibiendo quimioterapia
en el departamento de Oncología, mi médico, el Dr. Cuevas, tratamiento de Lunes
a Viernes, ambos incluidos y descansaba los fines de semana y en uno de ellos
me sentí indispuesto, vómitos, diarrea, fiebre… en fin, que me llevaron al
hospital de la Ribera, donde después de un exhaustivo reconocimiento, me
ingresaron en la UCI, al tercer día me
subieron a planta, no había ningún familiar en ese momento, conmigo, pero me
acompañó un señor vestido de paisano (no de médico), y estuvo sentado en el
larguero de la cama acompañándome por el espacio de tres horas, el que hablaba
era, yo, él apenas despegó los labios, sólo cuando le dije: creo que he acudido
muy tarde al hospital donde ya, poco podrán hacer por mí, entonces habló y me
dijo: siempre puede hacerse algo, se levantó, me dio la mano y se marchó,
cuando se lo conté al médico que me visitaba todos los días, me dijo que a
parte del camillero, nadie más había subido conmigo.-
Todas las mañanas me metía en el
baño (estaba en una habitación solo), para asearme, me duchaba algunos días y
otros me lavaba y, lavándome el ano, me
di cuenta que tenía una fisura al lado del mismo, que me cabían tres dedos, no
sangraba ni dolía pero allí estaba, no se lo comuniqué a mi visitador porque
temía que me intervinieran, así que me lo calle, pero una mañana muy temprano,
antes de entrar al aseo, entró una persona con el uniforme de médico, chaqueta, pantalón y zapatillas,
blancas como la cal, esbelto él, y no me preguntó nada, se puso detrás de la
cama, de perfil, yo me incorporé y le miré, volvió la cara y dijo con voz
entrecortada pero sonora y limpia: Soy el médico, volvió la cara hacía la
puerta y le vi muy raro, le vi todos los nervios y venas de la parte izquierda
de la cara… No sé por dónde se fue ni por dónde vino, lo que sí sé a ciencia
cierta es que cuando fui a lavarme aquella mañana, la fisura referida, había
desaparecido.- No le dije nada a mi médico por temor a que me pusiera por loco,
como, posiblemente, me estás poniendo tú al leer esta incongruencia para el
resto de los mortales.
-La cuarta experiencia, la voy a
dejar para otro día porque la creo muy fuerte para los no creyentes en esta
doctrina, erudición ó Ciencias ocultas.-
-Lo he explicado a mi manera y
saber, y, creo que, salvo a personas de mi familia que comprendo que no van a
reírse de mi cuento, no se lo ha dicho a nadie. Tú eres el primero en saberlo.-
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